Hola, buenas
tardes, Mi nombre es Brianda Aragón Franco y les agradezco muchísimo que me
hayan invitado a participar en este evento.
El significado
del libro “Raíz y Razón de Zapata”.
Para Jesús
Sotélo Inclán, entre otras cosas, fue el de dejar de culpar a un hombre por las
atrocidades cometidas en su nombre y comprender el ideal de un hombre y de su
pueblo.
Pero para mí fue
el de amar más a mi familia y el pueblo de donde soy originaria, que es “Anenecuilco”.
Me hizo
comprender que Morelos es como la patria de los dioses, donde fueron formados
hombres valientes y leales, como Emiliano Zapata Salazar y por supuesto mi
bisabuelo “El Coronel de Caballería Francisco Franco Salazar”, quien siendo
primo hermano de Emiliano Zapata, lucharon por la misma causa, fue uno de sus
más leales combatientes. Esta unión de lucha entre Zapata y Franco, no sólo fue
por su parentesco familiar sino por compartir los mismos ideales de devolver
las tierras a sus legítimos dueños, que es el campesino, que la trabajaba con
sus propias manos y quienes sufrieron el abuso y esclavitud del hacendado.
Mi bisabuelo,
mejor conocido como “chico Franco”, quien al igual que Zapata sufrió un
asesinato a traición.
Siendo uno de
sus más leales combatientes, Emiliano le encargo la misión de cuidar los
papeles de Títulos de Propiedad del pueblo con su vida.
Zapata le dice: “con tu vida me respondes y si me fallas te cuelgo del cazahuate
más alto que encuentre”
y chico le responde: Mejor me muero, antes de fallarle a ti y mi gente!
Chico Franco fue perseguido y acusado de rebelión por negarse
a entregar los Títulos a personas ajenas o a quienes quisieran sacar provecho
de ello.
Fue la noche del
domingo 20 de Diciembre de 1947, cuando la casita de carrizo de Francisco
Franco fue tomada por asalto mientras él y su familia dormían. Se protegieron
entre bidones llenos de maíz. El tiroteo fue causado por diferentes
autoridades, judiciales de Jonacatepec, Cuautla, Yautepec y militares del
regimiento de Cuautla y Cuernavaca
Al terminar el
tiroteo se llevaron arrestados a Chico Franco y a sus dos hijos Vérulo y
Julián.
Durante el
trayecto fueron torturados para sacarles dónde estaban los documentos, pero por
lealtad guardaron el secreto aún a costa de sus vidas.
Días después sus
cuerpos fueron encontrados en el cañón de lobos muertos a bayonetazos, el 22 de
diciembre de 1947 fueron enterrados en el panteón de la iglesia de San Miguel
Anenecuilco.
Esta historia me
la conto mi abuela, quien al narrarla se le llenaban los ojos de lagrimas y al
mismo tiempo se le miraban llenos de orgullo y coraje por la traición hecha a
su familia.
Cuando yo era
niña, mi abuela Esperanza Franco me mostro no solo el valor de ser leal,
también el amor a la tierra, al trabajarla, que no por ser mujer no se podía
trabajar en el zurco, machetear jehuite, levantar cercas o limpiar apantles.
Me mostro que en
el campo no se tiene hambre, porque cortas huamúchiles de los arboles, cortas
pipisca o lengua de vaca en el cerro y una tortilla con sal sabe deliciosa.
Mi abuela me enseño
lo que en esencia escribió Sotélo Inclán.
“Que los
hombres, como los arboles tienen sus raíces, sus lazos que les unen al pasado,
a su raza, a sus herencias, a los muertos que les dieron vida y a la sangre que
heredaron”
Y al igual que
chico Franco creo que Zapata no ha muerto, porque vive en nuestra sangre, en
nuestros sueños, en nuestros deseos de tener justicia para los que menos
tienen.
Poesía
de Carlos Pellicer que él escribiera en 1971:
La Patria necesita hombres más hombres
que le hagan ver la tarde sin tristeza.
Hay tanto y lo que hay es para pocos.
Se olvida que la patria es para todos.
La Patria necesita hombres más hombres
que le hagan ver la tarde sin tristeza.
Hay tanto y lo que hay es para pocos.
Se olvida que la patria es para todos.
Que el recuerdo del hombre de otros días,
nos comprometa para ser mejores.
La Patria debe ser nuestra alegría
y no nuestra vergüenza por culpa de nosotros.